Es la piedra en la que tropiezan muchas personas; Ser más organizados y productivos no es una tarea fácil cuando tenemos que luchar con hábitos arraigados durante muchos años, que parecen querer desviarnos del camino constantemente.
Sin embargo, el enfoque y capacidad de planificación son esenciales para conseguir nuestra meta, sentirnos más realizados y minimizar el estrés negativo en nuestra vida.
Probablemente la procrastinación es el primer obstáculo que debemos vencer si queremos hacer una gestión del tiempo efectiva.
Pero, ¿qué es la procrastinación?
No es otra cosa que aplazar las cosas que sabemos que tenemos que hacer, mediante una serie de excusas muy razonables.
El segundo obstáculo para muchas personas, en el deseo de ser más ordenadas y organizadas es el perfeccionismo.
Ambas, la dilación constante y el perfeccionismo, son síntomas muy disimulados de miedo, ya sea por no tener la seguridad de poder hacer algo bien, o por sentirse sobrepasado por la complejidad y extensión de algún proyecto.
Ser más organizados no es una característica que venga de nacimiento. Es una habilidad que podemos aprender.
Y es necesario desarrollarla, no solo porque “se ve bien” ser una persona organizada, sino porque además es la forma más efectiva de alcanzar metas, corregir errores, y aprender rápidamente de lo que funciona.
¿Cómo ser organizado?
Terminar con el desorden.
Este el primer paso. Comenzar por ordenar nuestro escritorio o espacio de trabajo es vital para ejecutar más rápidamente. Buscar cosas porque no recordamos donde las dejamos, por ejemplo, es una gran pérdida de tiempo.
Y otra cosa muy importante: Mantener el orden nos da mayor claridad mental. Te permite ser más creativo.
Un consejo para ser más ordenado. Reduce la cantidad de cosas que guardas “por si acaso”. Se dice que si no ocupas algo durante un año, probablemente no lo ocuparás más. Por lo tanto, puede ser muy útil deshacerse de cosas que realmente no necesitamos. Tendrás más espacio libre para lo que realmente importa.
Los “Ladrones del Tiempo” son todas aquellas actividades que hacemos casi compulsivamente y que nos hacen perder el tiempo gravemente.
Algunos ejemplos son: Revisar constantemente el correo y no destinar un horario para hacer esta tarea, mirar el celular incesantemente, etc.
No todos estos “ladrones del tiempo” son los mismos para todas las personas, por lo tanto, es importante que hagas un registro de aquellas cosas que más te ocupan tiempo.
Establece objetivos claros.
Este es probablemente el punto de partida de todo. No solo es importante tener una meta cuantificable y bien definida, sino que también es fundamental el “cuando”.
Crear un límite de tiempo puede ser muy útil para enfocarnos.
Sin una meta bien planteada, probablemente estarás saltando de tarea en tarea, de forma inconexa y con muchas distracciones.
El resultado será frustración y sensación de que no has avanzado nada en el cumplimiento de tus objetivos.
Sin embargo, ten cuidado. Establecer metas irreales, en tiempos demasiado cortos, o centrándose excesivamente en la perfección, harán que te paralices y no hagas nada.
Unifica todas las tareas en un solo lugar.
Algunas personas usan sus dispositivos móviles como una agenda que contienen todo lo que hay que hacer.
Puede resultar muy útil, aunque quizás prefieras una solución más “análoga”.
Una gran pizarra puede ser de gran ayuda. Se pueden colocar las tareas diarias, fotos con cosas que quieres lograr, referencias frecuentes como números de teléfono importantes, etc.
Ser más organizado y hacer una mejor administración del tiempo no es una tarea que solo a algunas personas se les da mejor.
Si piensas que parte del problema de no alcanzar tus metas, o verte estancado en la vida es tu falta de orden, organización y constancia entonces debes romper rápidamente con la inercia que produce la procrastinación.
Si te ves sobrepasado por las tareas que has planeado separa las tareas sencillas de las complejas y ve poco a poco realizándolas.
Cada pequeño triunfo que tengas es muy importante, así que prémiate cuando logres algo que te habías propuesto y que has cumplido en el plazo original y por último, no pierdas tu tiempo sobre-analizando lo que vas a hacer o cómo lo vas a hacer.
Lo más importante es ponerte rápidamente en acción y gradualmente aumentar la calidad de tu enfoque. ¡Haz que las cosas sucedan!
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